27 de agosto de 2010

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A Juan Martin, Mari­a Laura y Mari­a Alicia.

25 de junio de 2006

Los vuelos

Idas y venidas
me acercan me alejan
otras realidades
opciones de vida.
El vuelo del ave
que en instinto emigra
me contagia un poco
pero cuando para el vuelo
descansa y anida.
Cría sus pichones
con poca comida
mientras sus lecciones
enseñan en el vuelo
no por tradiciones
solo por la vida.
Y así yo he pasado
muchos de mis días
sembrando conciencia
enterrando sueños
desterrando mi alma
para darles alas
con plumaje firme
de finos colores.
Para que los sueños
levanten el vuelo
y busquen caminos
y fabriquen nidos
para abandonarlos
cuando el tiempo diga.

Una vez me conto el jardín...

Sentado en el jardín
veo que el tiempo va
urge hacia atrás y adelante
veo mis manos sucias de barro
haciendo un pozo
Que sepulto a 14 años.
¡Dónde están!
donde el duraznero
donde el ibizco
donde la enredadera
el col, las plantas,
la abuela, el abuelo
el niño que fui
mi hermano, mis primos.
Las tardes de radio
de fútbol de domingo,
los malvones, las rosas,
la canilla vieja?
Pero de repente
miro mis zapatos
se vuelven sandalias
de cuero cortado
y trepo al ibizco
Y me grita largo
desde un banco un viejo
la dama con pizza
de delantal largo
me convida y dice:
es de la picante?
La moto de Carlos
parte en la bajada,
la pelota vuela
y el primo la ataja
mi hermano agachado
juega con camiones
que cargan la tierra
que hoy tapan las matas.
Las piedras enormes
son como montañas
y seguro abajo
salen cucarachas.
La verja redonda
me sirve de apoyo
para mirar alto
al bicho peludo
que lento recorre
el murito blanco
con hormigas largas?
De pronto despierto
y miro en mi pelo
la ceniza blanca.
No veo ya a nadie
pero están presentes
en cada pastito
que crece en la tierra
del camino que une
la entrada y la puerta
y me alegro tanto
de que todo cambie
pues disfruté tanto
y hay que seguir dando
pues en todos lados
aunque falte el Dover
el col, los duraznos
allí me sonríen
mis abuelos, mansos,
y creo que ellos
disfrutan mis cantos
que recién entienden
que nada es eterno
que todo va y cambia
y queda el recuerdo
de rejas pintadas
que se siente adentro
solo con el alma.

Banco de la estacion.

Puerta, de la estación de trenes. Un banco libre, solo. Sentí acompañarlo pues algo me decía que los dos teníamos presentes, pasados y futuros similares.
Él venía de un viejo árbol con sus raíces aferradas y fuertes a su tierra firme; yo también.
El hombre, luego, lo trozó primero y mas tarde lo fue desmembrando hasta convertirlo en tablas sin sentido. Estacionadas en algún lugar esperando su asentamiento, su madurez por ser útil quedó en reposo; siento que en parte nos sucedió lo mismo.
Dejó su estado ambiguo para transformarse en tablas y luego en banco, banco de estación. Allí donde pasan caras distintas, donde la lluvia y el sol castigan sin censuras...
Soporta la carga de muchos. Soporta sus penas, sus risas, las discusiones, tal vez algún abrazo enamorado.
Pero nadie le agradece sus servicios, nadie le ofrece una mano de pintura. Solamente algunos lo pisotean, saltan sobre su cuerpo sin escrúpulos.
Los papeles giran en derredor dibujando remolinos, giran luces, van y vienen pasos ligeros y nadie escucha.
Lo miré un poco, posé mi mano sobre las gastadas tablas bien atornilladas y le agradecí.
- No estamos solos, somos dos. Solo que yo voy a mi deriva y tu te afirmas en los hierros de tus piernas.
Pasó el tiempo. Un día llegué a la Estación y no estaba.
Un sillón de cemento ocupaba su lugar.
Seguro que arderá en algún hogar, o yacerá en el polvo para disolverse con el tiempo.
Caminé un poco y sorprendido me di cuenta que hasta el futuro es el mismo...

Inmigrantes

Dura la vida del emigrante.
Los cielos se ponen grises mientras el sol, abraza tu cuerpo.
A veces se pierde la vista lejos, en rincones, en baúles que el tiempo no deja escapar.
De pronto un silbido, un olor, un rostro ajeno, pero parecido, nos invita inevitablemente al recuerdo perpetuo.
La mañana es difícil, la tarde se hace larga y las noches interminables.
El trabajo es la única herramienta para el descanso de la mente.
Ni siquiera el sueño puede borrar nuestras huellas pasadas.
Nuestra familia?
Ahí, ella siempre nos acompaña. Tomamos el autobús y conversamos de otros tiempos.
Conversamos del hoy, del ver crecer a los hijos, del ver envejecer a los tuyos, de ver como las hojas de los árboles caen y rebotan dejando el sonido distante y osco.
Estas aquí y no estas. Estas allá y tampoco estas.
Es un ir y venir de sentimientos, de una lucha interna que no cesa, nunca cesa?
No hay horas, no hay camas prontas ni platos llenos, no hay ropas limpias, no se escuchan las risas?, no se escuchan.
Solo el silencio de la mente a veces interrumpido por la alarma del reloj.
Reloj que te acompaña siempre.
Calendarios perpetuos con días tachados, con días en rojo, pero solo calendarios: papel y tinta.
El buzón es lo más mirado. Más que el paisaje, más que nuestro aspecto, más que todo.
Es verdad que el teléfono y la Red nos acerca, pero nos marca la frontera de un vidrio que refleja solo imágenes?
De un vidrio que refleja solo letras y frases.
De un vidrio que penetras y no puedes, que intentas abrazar y besar pero no puedes.
El mismo acercamiento marca la lejanía.
La voz en el auricular te da ideas, sientes que te enriquece el cuerpo. Pero tan pronto se apaga, brota tu caricia manca, tu beso inocuo, la lágrima certera.
Entonces cargas tus energías pero al respirar hondo el aire es duro. Puedes llegar a través de él pero es lo visible a la realidad que te acompaña que te distancia, separa y marca el territorio lejano, muy lejano.
Es verdad que uno elige sus destinos, más es verdad también que te obligan, con el dolor de ser, lo que uno nunca quiso ser.
Ese dolor de estar donde la vida te empujo. Y rema, rema?
Mas tú orilla es tu nariz. Y así quemas horas de vida en esperas y esperanzas.
Apuestas al más difícil de los juegos: una vida mejor, un horizonte visible, un amanecer con trinos de pájaros, que aunque sean ajenos, serán en parte tuyos y de los tuyos.
Y así se vive y se muere cada día. Me aferro con tesón a esta tierra, como mis inmigrantes abuelos lo hicieron con la mía.
Tratas de olvidar todo, pero el segundo es muy corto y limitado, entonces vuelves al recuerdo. De ahí al olvido y así, completas las jornadas en una intermitencia extenuante.
Pero la sangre recorre el cuerpo y no para pues el motor nos dice que por ellos debemos seguir sin parar, sin importar que pase, sin importar las heridas ni las llagas, sin importar la ausencia y la presencia. Perdemos tal vez, parte de la sensibilidad, uno se endurece, junta odio, junta bronca, junta?
Y ahí vamos, haciendo cosmopolitas los barrios, las ciudades, el mundo entero.
El uruguayo nace sufriendo, vive sufriendo y muere en paz. Es un extranjero en su propia parcela, prestada y ajena; hipotecada eternamente, igual que la miserable vida de peregrino sin destinos.
Por que sabe que hizo todo. Hizo de todo. Sobrevivió a todo. Y ese poco que te queda, te lo lleva la parca algún día sin avisar, sin preguntar siquiera, sin permiso.
Y así es la vida, dura y coqueta, amarga y bella, incierta y alegre.
Y así nos pone a prueba a cada paso sin importar lo que llevamos dentro, en nuestras mochilas de carne las cuales tumbamos en camas prestadas, en bancos ajenos, en lugares ofrecidos, en el tiempo interminable de la espera.
Y siempre asidos de la esperanza por un futuro mejor.
Hay que exiliarse interiormente.
Hay que nacer de nuevo, pero primero debemos morir para ello.
Y así, de a poco, se logra.
Más nunca serás de estos pagos: serás emigrante.
Serás extranjero con licencia para ser feliz, para ver horizontes pintados en amaneceres y ocasos.
Pero eso llegará solamente cuando tu sangre se funda en tu familia.
Y así será.
Y así debe ser.
No tenemos opciones.
No tenemos tiempo.
Se nos va la vida con presencias y ausencias diminutas.
Por eso, y por todo, dura la vida del emigrante?
Alicante, 19 de septiembre de 2005.

Cuesta un poco aunque parezca mentira sentarme a escribirte una carta seria la cual refleje realmente mis sentimientos y lo que tú has sido en mi vida.
Te conocí en la puerta de mi casa y nunca te había visto o tal vez prestado atención en el Colegio.
Recuerdo aquellos tiempos y nunca entendí lo que me pasó contigo.
Algunas hablan de amor a primera vista, otros de encantamientos.
Lo nuestro fue real, sincero, autentico y lo insólito es que hasta el día de hoy y hasta que la parca diga ? es hora- pienso será así. No eras la más bella. Pero la belleza se lleva dentro y de a poco en aquellas caminatas matinales al estudio, en la barra, en el crecer juntos, me fue delatando y atando a ti.
Se perfectamente que no fui ningún ejemplo pero pienso que seguí el camino de cualquier muchacho adolescente con sus altibajos, criado en un caos interno y sufriendo mucho aunque nunca lo expresaba.
En tu casa encontré un mundo nuevo. Una familia. Las tías, Cuchilla Alta, los letargos en los montes de pinocha a escondidas, el querer llegar a lo máximo en ese momento, todo eso nos conducía a una aventura que debíamos superar y madurar.
Pasamos momentos duros y no olvido jamás a mi padre?.
No olvido la calle Ramallo y la angustia.
Se que no fui lo que esperabas. Estoy minado de defectos pero poco a poco con el correr del tiempo he aprendido de ti muchas cosas, aunque tú no lo sepas.
Cuando te nombro siempre digo que si algún día el destino quiere que sea lastimado por algún acto de tu persona, bien merecido lo tengo.
Soy conciente de lo mucho que te he hecho sufrir y también de lo mucho que te he intentado dar, cosa que creo, y más en estos últimos años he evocado mis esfuerzos por reivindicar inconscientemente mis fallas.
Tu has sido para mi la compañera, pero con mayúsculas. La esposa con mayúsculas. La madre con mayúsculas. Y por encima de todo eso has sido mi amante y amiga con mayúsculas.
Se que en este preciso momento, mientras lees, tu vista se nubla dejando escapar el agua de tus ojos, de mis ojos.
Mi intención realmente es hacerte llegar, no una carta de amor como tu pediste, pues pienso que no estoy capacitado para hacerlo, pero si dejar claro cual es mi posición y lo que tenemos en vida ambos.
Hemos recorrido juntos un camino empinado, estrecho y amplio a veces, con pozos hondos y espacios verdes, con rosales en flor y con espinos en el camino.
No ha sido fácil.
Tal vez menos para ti que tuviste que soportar por años mis renuncias a mi realidad inconsciente y torpe.
Te admiro. Has luchado contra todo y has salido victoriosa siempre. Con mi apoyo o sin el, pues soy consciente que no he estado en todos los momentos, y sin querer ser una disculpa, es que a mi también me han afectado las puñaladas que hemos recibido en la senda.
Lo más hermoso de nuestras vidas ha sido para mi y pienso que para ti también haber tenido esos dos niños maravillosos, y en mi caso agrego el haber descubierto una familia que me acogió desde el primer momento como uno mas de ella sin censuras ni atascos. Lo que me dio tu familia sinceramente no lo pude encontrar en la mía. Sin despreciar todo lo que me dieron mis padres, tíos, abuelos?
Descubrí un mundo lleno de alegría la cual me hacia falta y eso es suficiente para que de por vida este agradecido con los tuyos.
Conocí imborrablemente a Don Jorge Vernengo, a Valerio y a la figura que me llevo muchas veces de la mano y se apoyo en mi otras tantas que fue tu padre.
Su falta para mi fue un golpe durísimo. Durísimo, realmente?
Pero en fondo más que el consuelo, tengo la certeza de que él eligió su camino como quiso y se fue en su ley. Eso es lo importante en la vida, seguir tu ley. No importa a veces las consecuencias, simplemente la vida es de cada uno y debemos manejarla con respeto y claridad, cosa que César había recuperado con la ayuda infinita, invalorable y esencial de Marta.
Los dos vástagos que hemos tenido son y serán dignos representantes de un apellido limpio y a ellos le dejare la herencia de mi viejo: un apellido limpio: Sosa. Que lo usen.
Recuerdo que cuando me comprometí contigo era para mí la única manera de arreglar mis cosas. Y además era mi palabra empeñada ante ti, la cual hasta el día de hoy y los venideros seguirá en pie al firme incansablemente.
Miro a Laura y me veo dibujado en su personalidad. Miro a Juan y veo una mezcla de ambos.
No puedo dejar de escuchar la risa de Juancito y su alegría frente a la vida. No puedo dejar de pelear viendo a mi hija haciendo el sacrificio que yo no tuve que hacer para poder llegar a algo en su vida.
Podemos y debemos darles mejores oportunidades.
Por eso la decisión que me costo muchísimo tomar interiormente, de buscar un nuevo camino, una nueva frontera y por fin la he descubierto. Se que muchos y creo que tú eras una de esas personas pensaban que iba a haber una marcha atrás en mis pasos, pero si analizamos todo, absolutamente todo, acá no hay marcha atrás que valga, ni la habrá.
No digo que esto es la panacea, pero todos juntos podemos vivir en plenitud lo que nos quede de tiempo, sin mayores sacrificios que el de amar cada día y disfrutar cada día cada momento, cada minuto y segundo al máximo, como siempre he tratado de hacerlo en estos últimos años.
Tu me has dado absolutamente todo. No puedo pedir nada más. No hay más que dar creo, sino continuar con lo que tenemos simplemente.
Más de lo que hemos peleado juntos, más tú que yo, en parte, sería una injusticia irrevocable seguirlo haciendo.
Nos merecemos algo mejor. Los fuertes golpes los hemos recibido en la frente y sin aviso previo. Y siempre que llovió paró. Siempre?
Gracias a tu ternura, a tu fortaleza cristalina pero auténtica y contagiosa y a mi brutalidad y dureza que he llevado dentro o más bien fuera hemos podido seguir caminando con pausas pero juntos y eso es importante. Yo diría que es la vida misma, lo intangible de los sentimientos que se vuelcan en silencios abruptos para reparar con abrazos, besos y fuerza cualquier derrumbe, cualquier cataclismo, cualquier momento malo o bueno.
Este papel no contiene mentiras y simplemente sale del alma, de lo más hondo, y por tanto contiene irrevocablemente palabras sinceras y verdades.
Hemos vivido mas de 20 años bajo el mismo techo y creo nos conocemos. Te he engañado con mis actos, te he mentido pero jamás te he faltado el respeto que me has hecho adquirir. No soy el mismo que conociste hace mas de 30 años ni el mismo de hace 5 años. Hoy sabes bien que debemos buscar la felicidad plena, no importa donde si es en el cielo o en la tierra, pues allí estaré edificando para mi familia lo que sea necesario. Con todas mis fuerzas, que aunque los amenazo que son la mitad de las suyas se que no es así. No se cuanta cuerda tendré, pero se imperiosamente que es la suficiente pues están ustedes detrás o delante o a un lado siempre pujando mis pasos sensibles y tímidos, inseguros y aferrados a la inconciencia conciente del destino.
No olvido nada de nuestros momentos y aguardo los venideros con ansias y paciencia pues todo cuesta y más cuando es para un futuro mejor, diría yo casi inmediato.
Los costos son altos para todos, pero la inversión que se hace dará su rentabilidad en su momento dejando florecer la alegría por las penas y angustias pasadas.
Me encantaría que seas la primera que venga, aunque sinceramente siempre se me ocurrió que Laurita iba a ser la numero uno, para que respires la verdad, para que abras los ojos y para que vivas.
Para que de una vez por tudas nos demos cuenta todos que vivimos en un pozo de mierda y nos hemos acostumbrado a ella y nos parece lo mas natural.
Para que vayas al súper y tires pa dentro del carro lo que se te ocurra. Para que mires un vestido nuevo y te lo pongas. Para que camines libre, pues así yo me siento en estas tierras y así sin duda lo sentirán ustedes.
Es verdad y cierto que el despegar es duro y difícil. Pero la recompensa es mayor aún que el dolor de exilio voluntario.
Nuestra vida no la va a arreglar nuestro querido Frente Amplio.
Somos nosotros los hacedores de la misma y los responsables de la misma.
Por eso es que no podemos esperar más y no podemos dejar nuestros pies enterrados en el lodo de la ?esperanza? atiborrada de sueños efímeros y mentiras infames.
Solo creo en mí, en mis hijos, en ti en mi madre y padre, en mis tíos, en mi familia?
Todos te dan su consejo con la mejor de las intenciones, por eso es que a veces es bueno escucharlos pero debemos tener las convicción primero de que lo nuestro es nuestro y lo nuestro lo hacemos y deshacemos nosotros sin ayuda de nadie, tal cual lo hicieron los abuelos, nuestros padres?
No podemos estar en esta vida de prestado, de mendigos de las ilusiones por una simple razón: NO HAY TIEMPO!
De eso es lo primero que nos tenemos que dar cuenta.
Ya no nos podemos equivocar, y no nos equivocaremos, pues estaremos juntos siempre. Uno sueña a veces y me gustaría volver un poco atrás para que todos pudiésemos vivir esto. Porque así debe ser.
Como era tal vez hace 25 años.
Lo que no tomamos en cuenta cuando hacemos la comparación es que nuestras edades eran otras y las que tenemos hoy son las que tenían nuestros mayores, mas o menos.
Mária, la vida es nuestra. Somos uno solo. Somos un todo y así será. No fallaré. No mentiré, tu me lo has enseñado, tu me has dirigido sin querer yo mismo hacia los lugares correctos.
No tengo dudas que este momento sea parte de tu trabajo duro y sincero, aunque no lo veas claro y tal vez no lo aceptes de momento.
De todas maneras, siempre hay tiempo para conversar y discutir sobre las cosas. Pero creo que si Juan pone un pie en España no se va más. Si laura pone un pie en España no se va más. Si la vieja pone un pie en España no se va más.
Es incomparable.
Tú me decías en una conversación que siempre hay algo que te desacomoda el maldito presupuesto.
Aquí eso no existe. Y si existe es porque caminas torcido solamente.
Cada día pienso en ustedes, en la familia y en mi abuela. Maldigo y me alegro el momento que le toco vivir pues en definitiva vuelvo sin quererlo o tal vez queriéndolo a las raíces de mi sangre. Si ella no hubiese sacrificado su vida en Uruguay yo no estaría aquí en este momento, pero las conjeturas son banales frente a lo que es historia ya.
Así se escribió la cosa y así debemos escribir la cosa nuestra con puño y letra, juntos, con nuestros hijos y venideros nietos, tal vez galleguitos?
Cierto es que ya no podemos obligarlos a que nos sigan, pero de alguna manera les ganamos de mano. Encontraran piedras, si, sino la vida sería una monotonía absurda pero es bueno que prueben el gusto de salir a respirar aire puro y vientos nuevos que te golpean el cuerpo abrazándote aunque seas un inmigrante más.
Podría escribir mil hojas más y no terminaría de armar panoramas. Esto hay que verlo y vivirlo, aunque mis palabras sean redundantes en la escritura.
Lo que si estoy seguro que donde sea estaremos juntos por siempre.
Lo que si estoy seguro es que siento amor por ti por mis hijos y familia.
Por eso tal vez insisto. No todo es rosa ni panacea como dije antes. No es así. Pero hay tanto para andar y descubrir que sería una pena no poderlo hacerlo juntos, abrazados, bajo estos cielos con pocas estrellas pero con la misma luna que día a día me saluda enviándome sus mensajes.
Toda esta seguridad que tengo se basa en el amor que siento hacia ti. Pues tú eres la piedra fundamental y filosofal de mi existencia.
Creo que con estas pocas letras digo todo.
Nuestros niños, son la extensión de nuestros brazos, aún fuertes, y debemos imperiosamente darles un futuro con horizontes. Sea donde sea, aquí o allá. Pero no agotaré mis fuerzas hasta que ellos y tú vean realidades.
Dejo aquí esperando reflexionen y dejando todo mi amor y esfuerzo en cada minuto.
Te quiero mija, tú lo sabes y tal vez tenga que decirlo más a menudo.
Camino erguido pero me falta más de la mitad de mi cuerpo.
Espero poder en algún tiempo completar el alma y regocijar el sentido con sus besos y abrazos.

Un hasta siempre, un hasta mañana, un que sueñen con Pinocho, y dos palmadas en la cola, para espantar a los demonios de los sueños.
Gracias Mária, lo has dado todo. Ha florecido en mí tu sabia. He hecho camino al andar y será, tal vez así lo quieras, nuestro camino.

18 de diciembre de 2004

No Vaciles...

No Vaciles,
El tiempo esta ocupado
Con el húmedo cristalino
Con la mano que no llega
Se alzan los muros
Se cimientan en soledad
En caminos rotos.
Por que he de perder?
Si siempre lo consigo
Por que he de ganar?
Mi vista aplaude
Se atiborra el horizonte
Con borrascas repentinas
Con imágenes que hablan
Con luces que iluminan
Con fotos que me animan
Que me aclaran el sendero
Chueco y esperanzado
Con lunas que saludan
Con lunas que me aman
Y me dice al susurro,
No vaciles?

8 de diciembre de 2004

20 y 17 años despues...gracias!!!!!!!!

Hace 20 y 17 años obtuve por legítimo e irrefutable derecho el "titulo" de padre.
Siempre dije que si hubiese una escuela de esta profesión, habría ido a aprenderla inmediatamente.
Pero no es así. Los tumbos y las vueltas de la vida te llevan a ir aprendiendo por experiencia de tu vida como hijo primero, como progenitor luego, la dificilísima actuación de padre.
No se si lo hice bien o mal. Solo ellos pueden juzgar semejante actitud. He tratado de recoger lo bueno que me ha enseñado la vida y volcarlo dentro de sus cabezas para que puedan o no digerir lo que ellos deseen.
Se que no son mis hijos, son hijos de la vida.
Se que irán haciendo su camino "tumbando caña", pues es la esencia del ser humano.
Se que me dirán adiós y nunca me olvidarán.
Se que harán lo que quieran y no lo que uno les dice.
Se que los quiero.
Se que sin ellos mi vida no tendría ningún sentido, ni el más mínimo y que me disculpe en mi honestidad mi amiga, fiel y excelente compañera María Alicia.
Se que en mi interior es así.
Por eso en este especial trance de la vida y a 14.000 Km. de distancia me he asido de los rayos de luna, he conversado con ella y ahí como siempre los veo y escucho.
No puedo escribir mucho mas.
La emoción no deja a veces que la expresión fluya con un sentido sensato y justo.
Por eso mis hijos del alma, FELIZ CUMPLEAÑOS a los dos.
Jamás olvidare sus risas, llantos y enseñanzas. Por que si se creen que he sido libro abierto , más me han enseñado sin duda alguna ustedes.
Y por eso es que les debo mas que la vida, el horizonte y la utopía.
Los quiere hasta siempre su padre.

7 de noviembre de 2004

A Juancito

Estas cosas salen de repente y sin sentido. Fue en una víspera del cumpleaños de Juan no me bastarían las letras de los escritores del mundo para expresar lo que siento pero algo se plasmó en el papel y es para él.Gracias ?"guacho?!.
Allá por el año 1987 en una plomiza tarde de comienzos del verano austral, en un pequeño país nacía un niño. Recuerdo que fue de tarde y era el 7 de diciembre. Luego de la lucha por la vida vino al mundo esa cosa que nos cambia las ideas y nos llena de cariño los espacios nuevos de ser padre.El destino caprichoso en complicar las cosas me hizo viajar esa siguiente madrugada a Buenos Aires para trabajar y así ausentarme por una semana.Mis llamadas telefónicas se propagaron día a día hasta que regresé a Uruguay.Ya en la casa de mi madre, me dio una triste noticia: mi niño tenía una cardiopatía congénita.
No supe que decir.
Tampoco me di cuenta de lo grave del asunto. Fue como si me dijeran que estaba resfriado o tenía una pequeña gripe.
Ignorante de las posibles consecuencias me informe de los detalles: había que operarlo.Parece mentira que a esa cosita tan chiquita se le pudiera reparar un pequeño corazón.Y así fue, primero una intervención chica. Luego una más grande y luego el suplicio?Teníamos que enfrentarnos a la definitiva. La intervención que dejaría bien o mal para siempre a mi niño.
Viajé; a San Pablo y hable con el Dr. Barbero del Hospital Sirio Libanés.Lógico es pensar que los costos no fueron baratos, pero hubo una persona, la cual siempre pidió el anonimato pero quiero decir al menos su nombre, él era Joaquín. Vino a casa, ofreció todo el dinero de los gastos y se fue dejándonos atónitos por lo ocurrido.Aceptamos pues no teníamos otra salida.
Joaquín hizo su mejor obra para con nosotros, y para su conciencia. Si hay un juicio final pido a quien sea juez del mismo que sepa esto pues hay mucha gente con dinero pero muy poca ofrece incondicionalmente esto y que pese en su balance. El fue gestor de salvar una vida, la vida de mi niño.
Y así; paso el tiempo hasta llegar a la operación final. En agosto del 89, vivimos todos los que estábamos en aquella sala de hospital las seis horas más largas de mi vida. La sorpresa más grande fue cuando apareció; Jaime, un AMIGO.
Todo salió; bien!
La recuperación fue excelente!Mi niño podía disfrutar de una vida normal!
El 7 de diciembre cumple sus 10 años y quiero que esta página la lea y disfrute ya que en ella esta puesta una parte de su historia que aunque fue protagonista de la misma debe saber que allí; estuvimos todos. TODOS SIN EXCEPCIONES. Gracias Juan por un año más de tu vida.
Gracias mi niño por dejar verte correr, poder discutir y enojarme contigo, gracias por poder verte dormido y con una túnica blanca rumbo a la escuela. Gracias por tu mirada inocente y vivaz, por tu físico flaco, tu sonrisa sincera, gracias, muchas gracias?Ojalá; el tiempo nos de lo suficiente para vernos como hasta ahora, creciendo, creciendo pero juntos.
Gracias por enseñarme a ser padre de un varón. Gracias por tus mentirillas y verdades.
Gracias por tu existencia pues ella es base de mis días y será lo que deje en este mundo dañino.
Como dijo mi padre: llevas contigo un apellido limpio, vive !!

A María Alicia, eterna compañera

Estas líneas las escribí, me acuerdo, en el apartamento de Julio García. Allí parábamos de paso en Buenos Aires cuando laburábamos en Migración. Eran días de mucho trabajo y nos dábamos un franco cada uno para poder visitar algunos familiares o para preparar un guisito en espera de los otros compañeros. Me acuerdo que me levante con la resaca del día anterior y estaba en aquella hermosa pieza solo. Delante mío una ventana abierta dejaba que mis ojos se perdieran en una inmensidad de cemento con un soleado y tibio amanecer dominical sin mi familia...
Ahí estaba el papel, el lápiz y salió esto:


Domingo,
las ventanas se abren
con motivos.
La mía está abierta ya,
para que alguien la mire,
pero solo mi vista
se pierde en el cemento
lejano y caliente.
No es mi ventana.
La mía se recorta en siluetas
de niña remolona
en mi mujer de siempre.
Me falta el mandato justo,
el techo cercano,
mi desorden.
El lavado que tarda,
el apúrate que ya es hora,
lo extraño y me falta.
Juan está llorando,
el capricho del champión comienza
la discusión que me alimenta
- No puede ser!- digo
pero es lo mío.
Y está lejos pero cerca
y lo quiero y necesito
lo palpo en mi mente
lo siento y me abruma.
No soy extranjero
pero tengo mi patria
solo en la calle
solo a tu lado;
tal vez cocinando
dentro de mis muros,
nuestros muros
que son la patria y parte
de uno que se aleja
y quiere morir
siempre cerca,
siempre dentro
con alcohol y cigarro
tirado en la madera de nuestro parque.
Tirado en el sueño de lo suyo
porque lo mío es lo nuestro.
Y es por eso que allí los dejo
y siempre los encuentro
Por esoy por ella, nada más que por eso
siempre vuelvo.

Gracias Julito por compartir aquellos momentos juntos... muchas gracias.

A Laura

La sombra de un juguete tapó mi puerta
para dejarte dormida en el silencio
de esa fiesta que es tu vida.
La sombra dejó ver aquel misterio
que hoy me es todo, por tenerte,
solo por tenerte daré todo.
No por tenerte mía, solo un poco;
ese poco que al espejo nos amiga,
solo por tenerte daré todo.
Por verte libre y humilde siempre,
así segura partirás un día, daré todo, o tal vez todo.
Para que la vida te golpee fuerte y fuerte
aunque llores y me duela,
daré todo.
Daré todo por tu amor hacia la vida
por tus golpes y tus risas
daré todo.
Daré todo para que el día que parta
jamás llores, me recuerdes con la risa,
con la guitarra, tu espejo,
te prometo: daré todo...



Montevideo, 14 de mayo de 1985

24 de octubre de 2004

¿Lloverá siempre los 21 de Octubre?

Nací un 21 de octubre, allá por el año 60 en la República Oriental del Uruguay, en Montevideo, capital de la misma.
Tarde plomiza con lluvia a las 17:20 horas según me cuentan y consta en los libros de la historia.
Año a año ha llovido casualmente en mi cumpleaños.
Por diferentes razones he estado fuera del país, de mi ex-país: Uruguay, en este "especial" día, y se que es personal netamente lo que digo, pero aquellos que siempre tuvimos una familia y encima numerosa estas ocasiones son las que nos permiten aunarse y dejar el anecdotario abierto para mi recuerdos imborrables.
Insólitamente, donde siempre estuve, el día desprendió sus gotas para refrescar el ritual vaya a saber de como, porque y de que raíces cunde esa coincidencia.
Pero este año, estoy en San Vicente del Raspeig, Alicante, España. A esta altura es muy difícil que llueva aquí.
Más que eso es difícil poder ver las gotas como se desprenden y corren agrupadas discretamente en los vidrios de las ventanas.
Pero hoy 21 de octubre de 2004, llovió.
Insólitamente llovió aquí, donde es dudoso que suceda. donde la gente se extraña cuando ve caer las gotas gruesas y continuas del cielo encapotado y oscuro en este día increíble.
Creo que si fuera ido a parar al Sahara, estaba lloviendo. Lástima no lo pensé pues el record Guiness se hubiese hecho realidad y mi nombre estaría dentro de las marcas mundiales.
Hace 44 años que donde estoy llueve en mi fecha de nacimiento.
Mas allá de eso, mi familia desde Montevideo me llamo para darme su abrazo fraternal a la distancia. Primero fue mi señora, cuando estaba trabajando, luego fueron mis hijos Juancito y Laura, luego mi madre y mi primo Pablo y cerrando la lista mi padre y Marta. Evidente que por Internet el primero en saludarme fue mi hermano, el contacto diario con Alvarito Noceti y amigas de mi hija junto a mi primo carolino, cerraban la lista.
Mi familia aquí en San Vicente, me beso temprano en la mañana para desearme un feliz día por costumbre como tenemos los uruguayos...
Pero en la noche, golpeo fuerte!
Cuando nos juntamos aparecieron pizzas y picadas, una torta de cumpleaños, vela y el compartir ese corto e inolvidable momento que me brindaron de corazón con quienes comparto mis penas día a día.
Gracias a mi mujer e hijos, gracias a Fernanda y Gonzalo y al "loco" Washington Márquez.
Por más años que llegue a tener siempre tendré presente este día. Jamás será borrado bajo ningún concepto. Pues estuvieron los que tenían que estar y los que no estaban también estuvieron mas cerca que nunca... Aprendí a a sentir lo que es estar lejos de casa definitivamente y que tu "familia" te haga sentir que no estas solo. Que te arrimen esa cuota de esperanza y alegría en tu corta vida...
Cosas de la vida.
Cosas que pasan...
Tal vez a unos poquitos, como digo a veces, tal vez suceda por mera casualidad.
Les parece?...

19 de octubre de 2004

Fin de año.

Hace muchos años escuche que había un día que pocos podemos ver y sentir: el día 32. Sucede a muy poquitos, sucede exactamente a la medianoche del 31 de diciembre. Hay un día más antes de llegar al primero del año siguiente.
He aquí mi día 32 de diciembre de 1998.
Miraba por la ventana y el reloj decía que eran las 12 menos 10, Juan revoloteaba con sus cañitas procurando una botella vacía para lanzarlas, me hizo acordar a un niño de 11 años que junto a hermano y primos en la casa de algún abuelo pedía un cigarro para encender los fuegos artificiales y por supuesto para dar unas pitadas también. El cielo negro y de buen tiempo se iluminaba con diferentes explosiones casi todas por supuesto llenas de esperanza y de humildad en contraposición a sus bolsillos. En casa están mis hijos y sobrinas junto a sus padres y mi compañera. De pronto alguien estallo gritando el feliz año nuevo y al inclinarme para besar a Juan en la frente comenzó el día 32...
Lo primero que vi fue un hibisco y botijas tirando bombas había dos rubios y dos morochos. El morocho menor hablaba en inglés alzando en su mano fina una copa de buena champaña. El flaco, rubio miraba por una ventana fuegos artificiales mientras la lluvia partía su cristalino. A lo lejos se oía no sé si allí o acá un tambor que repicaba desentonado. No sé si su corazón estaba en Alemania, Chile o en una plaza malvinense. Una voz gruesa me dijo de atrás feliz año "mijo"... Lo vi, era un señor de unos 40 años parecido a mi padre, con su pelo teñido de negro sus cejas enjutas su mano gruesa que me abrazaba, le mire a los ojos y comprendí que estaba en el día 32. Fue tan real ese momento. Luego lo vi sentado a una mesa mirando al cielo, a esa luna imaginaria por la que todos nos comunicamos... Mis piernas por cierto mucho más ágiles y ligeras corrieron al interior de esa casa y tres bancos libres se movieron hacia mí. El primero fue el de la cabecera. Tenía un bigote grueso y cachetes gordos, el segundo lo vi como una muchacha gorda, de senos grandes y risa grotesca y el tercero estaba quieto allí cerca del teléfono, en su esquina. Era un banco celeste con acento gallego, con olor gallego con amor gallego.
No sé que me dijo pues uno a veces llora en ese día 32. Le tome su mano gorda y redonda la cual la apretó fuerte y sin más giré mi cabeza a un lado y una señora de bastón, tal vez un aborigen de los pocos sobrevivientes de aquel éxodo famoso, me beso con una india sonrisa en sus labios.
Los Beatles sonaban en algún rincón mientras en otro Zitarrosa rascaba una milonga. Vi a tres reyes magos que hurgaban en mis zapatos, también vi como se iban como se nos van a todos, con ese amargo lamento de que la realidad es dura. De pronto el boliche se abrió de par en par en una lluvia de grapas con Jaime y el Pelado nos abrazamos y en ese momento brindamos por nosotros, los nuestros y los que se nos fueron. Crucé de repente por la plaza Fabini en busca del Mario que corría Verdi abajo. Miré las estrellas y levante mi vaso lleno de amarilla cerveza la cual se tornó cristalina y transparente. Miré mi reloj nuevamente y eran las doce y un minuto. Juan y Laura me tironeaban queriendo bajar a tirar sus "cuetes".
Ya había pasado el día 32, que solo se da a veces, a algunos, a unos poquitos, a unos muchos o tal vez sean cosas mías nomás.

A Paquita, tia y abuela, Valenciana y Uruguaya...

Corría agosto y el frío llegaba de cerca y lejos.

Habían pasado muchos inviernos desde que un barco de aquellos de madera llegaba a puerto desde tierras lejanas para dejarnos lo que sería nuestro presente nuestra carne que daría forjando humildad y resistencia a la pobreza y la lucha diaria estos apellidos.

Ayer me enteré que se fue sin decir nada. Se marchó hacia no sé donde sin decir nada.

Mascaba el tabaco imaginario siempre sin decir nada.

Su mirada se clavaba ya en ojos grises atestados por la tristeza del tiempo, la edad y aquellas jornadas de dura aspereza.

Se fue. Sin decirme adiós pero dejando en mi retina su cutis lozano, tal vez parte de mi sangre.

Doña Paca, Paquita para nosotros se marcho a versear con el ?polaco? , con los taitas del abasto con los recuerdos de las guerras con las frazadas que cobijaron su llegada a estas tierras extrañas que acogerían con el tiempo la más feliz y dura historia de sus días.

Se fue. Así nomás sin dejar un llamado. Como se van los grandes, en silencio y sin aviso.

Se retiro a compartir tal vez con mi abuelo o sus hermanas y hermanos el lugar donde daremos todos pero no volveremos a contar si es bueno o malo.

Así lo decidió ella.

Se fue.

Me dejo un amargo nudo que se disolvió en silencio, como todos mis nudos.

Recuerdos, muchos.

Lamento no haber podido por circunstancias de la vida no nos permitieran haber disfrutado un poco más de lo nuestro.

No pediría nada más que el vivir junto un poco más.

Pero igual así es el destino y te lo llevaste puesto a tu manera.
Adiós Paquita.

Tu sobrino no te olvida, No olvido tus Jotas sobre la mesa, tus platos ricos; cuando me enseñaste a hacer un omelet...

Gracias y hasta siempre como se les dice a aquellos grandes que en silencio se retiran dejando lo limpio de la vida.

Sé que fuiste honesta.

Gracias.

18 de octubre de 2004

El violín y las semillas

Iba por la feria mirando los escaparates llenos de cosas. Me paraba frente a los libros viejos y las herramientas. Cosas que me llaman la atención, los encendedores viejos, las fotos de Gardel y llego de lejos llamándome la música de un violín. Media cuadra arriba esta una boina marrón vestida de arrugas y manos hábiles regando el aire con un tango del Mago: el día que me quieras.
Me quedé ahí mirando. En sus pies tenía un paño lleno de monedas con las cuales contribuí inmediatamente. Cuando terminó le di las gracias y el viejo sorprendido no contesto y tras un - Espere Jefe!, comenzó a llorar el violín de Bechio.
Me senté al cordón de la vereda y pensaba por cuantos mundos habría viajado su sapiencia. La humildad eran sus únicas ropas pero su envergadura estaba en el talento de hacer a los demás sentirse por dentro. Otras veces que he ido lo he buscado algunas en vano y otras lo he visto y me siento en el cordón para escucharlo.
Cuando me ve me reconoce y me dice - Como va la cosa Jefe?...
Siempre me mira a los ojos cuando toca y yo sueño.
A mi lado un puesto de semillas me acompañaba y unos pequeños bulbos me llamaron la atención. Los compre por poco dinero y luego de conseguir tierra y una buena maceta los planté, acomodé y regué día a día. El tallito verde de esa esperanza iba brotando y rajando la tierra acumulada a sus pies. Venía la planta robusta y rica. Sana y alegre. No le hablaba. No le ponía música. La miraba siempre.
Un día ella estaba acostada marchita y pálida de tristeza. La tierra se había abierto en gajos.
Tanto había pasado? Me olvide de regarla!. Corriendo llene una caldera y eche agua ese día y al otro y al otro.
Su pálido verde fue tornándose seco y marrón hasta confundirse con la triste maceta vacía.
La deje morir. He dejado morir muchas cosas. Me he olvidado de regar muchas cosas.
No basta con solo echar agua de vez en cuando.
Hoy mire la maceta y estaba vacía.
Hoy tire la tierra y regalé la maceta.
Hace tiempo que no voy a la feria a ver al violinista.
Si fuera, seguro no me voy a sentar al cordón de la vereda.
Seguro que el violín se callaría por más que este sonando para dejar mi hueco eco a nada que llevo adentro.
Por eso no voy a la feria.
Por la semilla, por el violín, por esa tierra.

Hasta siempre Chiripioica!

15 de setiembre de 2002-


Querida compañera:

Hace muchos años te conocí. Viniste a mi vida sin avisarme y me acompañaste sin faltar un día tan solo. He roto mil veces en mi mente este papel para conversar contigo. Hoy es el día. Debemos hablar para que sepas sobre mis decisiones irrevocables.
Diez años para mí y para ti es mucho tiempo, es la cuarta parte de mi vida y se me ha hecho duro, muy duro poder compartir de esta manera las cosas. No sé que te he hecho. Tal vez en algún momento invoque tu nombre y ofendida viniste a mí o tal vez te enamoraste y no pudiste abandonarme. Creo que es tiempo que tomemos caminos diferentes. Tu me has enseñado mucho sobre cosas que a pocos les enseñas y bastante he aprendido como para seguir solo mi sendero sinuoso y duro. A veces siento que me lo haces más difícil de lo que es pero te respeto. Siempre te he respetado y hasta el temor y el miedo llego a apoderarse de mí por tu presencia.
Compañera, es hora de que nos separemos. Realmente me has hecho daño y tal vez tú también. He sufrido y has sufrido en demasía y haciendo padecer a inocentes malos momentos por tus mañas certeras o no. Quiero pedirte humildemente como nunca he hecho a nadie que me dejes libre. Que me devuelvas aquello que algún día me quitaste: la tranquilidad de vivir la vida sintiéndome bien: el disfrutar de cada mañana, el no sentir el miedo a la ?parca?, el mantener erguida y firme la frente hacia las desavenencias de la vida, el poder poner el pecho a las balas sintiendo el dolor como tu me enseñaste.
Los tiempos son duros, necesito fortaleza en mi cuerpo, cabeza y corazón. Te ruego no me quites nada y te marches en silencio como viniste algún día.
Tarde o temprano nos encontraremos y conversaremos de los viejos tiempos. Sé que estarás por allí pero no dentro de mí. Sé que me escucharas y te escuchare y reiremos juntos por todas las peripecias pasadas. Podemos tal vez, mas adelante, ser buenos amigos. Sé que las partidas son dolorosas pero tu debes seguir y yo también.
Estoy cansado de mirar la vida con miedo. Quiero disfrutar de cada momento solo, sin tu presencia.
Me has dejado mucho, mucho mas de lo que te imaginas: he aprendido a respetar a la muerte, he aprendido a respetar a la vida, he aprendido a sufrir lo que no se puede explicar y he aprendido a sufrir lo que puedo explicar. He aprendido lo mucho que tengo dentro y lo mucho que escondo. Me has enseñado a que no es bueno esconder y debo expresar mis sentimientos. Me enseñaste que la razón no gobierna y que el sentir es lo primordial de la vida. Me has enseñado que puedo mucho más de lo que imagino.
Me has dejado un legado extenso, útil y hermoso.
Pero también he sufrido: me he sentido mal muchos, muchos días. Temiendo a la muerte siempre. No te culpo a ti de esto en particular, sino que tu presencia me infunde a ello. No he podido disfrutar de mis hijos como pienso yo que debería haberlo hecho, no pude dar todo lo que tengo como debí haberlo hecho, no pude vivir como pienso yo debería haberlo hecho y SENTIDO!
Tu no tienes todas las culpas, tal vez y creo es una posibilidad real y lógica yo mismo he fundado todas estas cosas sobre tu espalda como justificando los pasos que nos llegan.
He ido a brujos, curanderos, sanadores, parasicólogos, sicólogos, médicos, terapeutas y siquiatras para poder descargarte y ha sido en vano.
Lo único que he encontrado para aliviar tu presencia son pastillas y más pastillas de diferentes tipos, vedes, amarillas, grises, grandes, chicas, sedantes, ansiolíticos, antidepresivos, etc..
Tal vez no me di cuenta y tú diciéndome a gritos que la cosa estaba en mí y nada más. Tal vez fui sordo a tus gritos y recibí tus embates para aprender como antes menciono a reaccionar, a darme cuenta que dentro de mí están las soluciones que he buscado en medicamentos, profesionales y consejeros.
Realmente debo darte las gracias por dejarme todo lo bueno que has dado.
No te recriminaré mis sufrimientos pues son míos y así quise yo que fueran equivocadamente.
Solo te quiero dejar para seguir sin ti mi camino.
Tal vez te duela ... Creo que si.
A mí me cuesta decirte todo esto. Me duele dejarte pero es lo mejor para mi fundamentalmente y para mi familia.
Para ti será un partir hacia otros lados, otras personas que tal vez necesiten tus consejos. Ojalá no sean tan torpes como yo que demoré diez años en darme cuenta de cómo son las cosas.
Un día te bauticé Chiripioica y así fuiste siendo parte de la familia. Compartimos asados, boliche, buenos y feos momentos.
Te voy a extrañar.
Creo que tu también.
Lo que nos van a quedar simplemente son los recuerdos cosa que no nos puede quitar nadie.
Te agradezco todo lo que has hecho por mí y te doy un abrazo para que partas ahora hacia donde quieras y devolver tu libertad ganando así la mía.
Eres libre, ve y vuela, otros te esperan...
Lo nuestro fue una larga etapa de aprendizaje, de idas y venidas, de sufrimientos y alegrías.
No hay rencores entre nosotros.
Nunca nos vamos a olvidar el uno del otro.
Seguiré mi vida sin ti peleando contra lo que se avecine y haz lo mismo con la tuya: así me lo enseñaste, así será por siempre y para siempre.

Gracias.
Tu amigo Anibal.

16 de octubre de 2004

Noches de San Vicente I

Cae la noche lentamente. La jornada de trabajo se acabo, lamentablemente. A veces quisiera seguir trabajando y dormirme en el cansancio. Solo resta en mi caso, la ronda a la plaza, la vista a la iglesia, la pasada por la biblioteca a sacar o devolver algun material, la ida a casa. Alli, la puerta de hierro se abre y dos pisos arriba encuentro lo que ha sido el hogar, la tumba de los recuerdos. Entro, dejo mis pertrechos y luego de una ducha la cena. Igual que en Uruguay, pero solo... el plato rápido, simple y que llene la panza para reposar un sueño. Mi cuarto, en penunbra deja que la luz penetre por la bombilla de mi pequeña lámpara. La cama desarreglada me espera. Pongo mis ropas de la proxima jornada y ordeno lo que a mi criterio esta fuera de lugar, normalmente nada. Cada cosa su sitio tiene. El despertador verificado y el reposo del guerrero. Enciendo la radio que me habla y no le entiendo. Extiendo mi mano y se explaya hasta dejar caer mis dedos en el vacio. Los recuerdos inevitablemente salen desesperados a mi encuentro. Trato de esquivarlos pero es imposible. Las fotos me miran reprochando mi ausencia y me embriaga la desesperanza el dolor del emigrante, la vena que sangra y se detiene.
En las noches de luna asomo a mi ventana y converso en voz bajita con ellos, sin que nadie sepa y alli los veo. Tal vez no se enteren pero virtualmente entramos mas de cuatro en un mismo lugar. La hora: 22:07... la luz se torna oscuridad en un solo click y doy vueltas tratando de conciliar el sueño.
Es dificil comprender, pero ellos me arrullan con sus voces lejanas para dejarme dormido en un silencio atroz y molesto, el sonido del silencio estorba, perturba y se apaga con el -"que sueñes con pinocho..." -
No se más, los sueños van y vienen, dejandome llevar por las colinas de la vida astral. Un molesto y amargo ruido hace que levante mi cuerpo casi como un resorte. Las 6:45... .
Otra jornada espera y mi cuenta es asi, hasta que pueda tener a todos en mis brazos y no solamente besar un papel con imagenes cada vez que me voy o vengo. No es triste, es apuntando a la alegría de un futuro ceercano, cada vez más cercano, que desgasto el tiempo irrecuperable en horizontes que a la vista prometen y mucho. Por mi y por ellos, por los que vendran luego, de a poco el piso está quedando firme.

12 de octubre de 2004

El Autor


Posted by Hello

A mi sobrina Olivia

Montevideo, 20 de Noviembre de 1995
Hora Local 23:30

Hoy la historia me a entregado un titulo del que nadie puede despojarme. Hoy me he convertido en TIO.

Mi primer sobrina, gracias a mi hermano, ha nacido hace pocas horas en tierras germanas.
El motivo de esta carta es que algún día tu la leas o entiendas. Espero antes verte; pero de no ser así, he aquí mi escritura:

Señora Olivia Sosa Fadda:

Me llamo Aníbal Sosa, soy tu tío. Nací hace 35 años en un país lejano al tuyo. Lejano y chiquito, pero que como su forma lo indica, se parece a un corazón: cosa que todos levamos dentro, pero que entre nosotros nos une.
El país se llama URUGUAY, y es de los mas chiquitos de América, de AMERICA DEL SUR.
Aquí tienes una gran familia. Tienes tía, primos hermanos, abuelos, y todo lo demás.
Algún día espero veamos juntos los verdes de los ríos y los montes, que aunque no lo creas, no son los mismos verdes que tus ojos ven.
Hoy estaba trabajando en un taxi y me entere de tu nacimiento.
Alguien que estaba conmigo me dijo si no estaba contento, porque tu tío, o sea yo, no soy de exteriorizar los sentimientos. Quede quieto y contento.
Mas tarde cuando me encontré solo, en mi mundo sobre cuatro ruedas grité. Grité tu nombre y grité FUERTE. Y grité FUERTE porque estabas lejos. Y me puse un poco triste por eso. Pero tu con tu sonrisa distante, sin yo verte pero si sintiéndote, hiciste que se empañara el cristalino de este viejo loco. Entonces hice un alto en mi camino y dejé resbalar esa agua que nos surge muy de adentro, que nos cuesta tanto y a veces nos gusta tanto.
La sangre araucana y charrúa se mezclan en tu cuerpo para que le ganes a la vida, para que quieras a tus padres, y para que en el fondo, sientas esa curiosidad y nostalgia por ver, algún día no muy lejano, el ondular de las sierras y la majestuosidad imponente de la cordillera y sus valles.

Sobrina mía, se que tus padres te pondrán en el camino.
Se también que el camino será NUESTRO camino.
Sé que en el camino nos juntaremos.
Se que compartiremos alguna mirada en algún momento.

Y si algún día te sientes sola o triste, ¡fácil! Recorre con tu mente ese camino, solo un poco, y veras a un ?viejo tío loco? sentado en un banquito, tal vez con un mate en el bolsillo o una guitarra pintada en las manos, justo debajo de un cielo azul y piso verde.
Entonces habla con él, cuéntale cosas, y te iras feliz, con una flor pintada en tu inocencia.
Olivia, culminando tu primera carta, gracias por pisar la vida. Bienvenida, fuerza y hasta mañana.
Que sueñes con Pinocho.....
Tío Aníbal XXXXXXXXXX (Besos)

A mi Padre

Fueron tantas las veces que las leí y tantas las que comencé a escribirla que al fin me decidí a escribir lo que salga y punto al fin y al cabo de eso se trata.
Estos últimos tiempos sé que no me ha ido del todo bien y eso ya es un poco rutina en mi vida, lo que me preocupa un poco ya que el bienestar de mis hijos depende en parte de mí y eso me lastima. Por otro lado mi salud a mejorado con respecto a otros momentos. Por más que no sea el mismo de antes puedo seguir viviendo tomando esas pastillas y las asumo como tal: esas amigas que te permiten seguir pa?lante.
Vos me dirás porque te mando esta carta, es más fácil hablar verdad? Pero a veces, en la soledad de las madrugadas prendo un cigarro y recuerdo con cariño muchas cosas, cosas que fueron y han pasado y son mías o nuestras. Cosas de padre e hijo solamente.
No me puedo olvidar de un día de sol, que fuimos en la "cachila" no sé dónde a pescar, yo era muy chiquito y con una caña de flor saque no sé que, tal vez supongo que era un pejerrey. Recuerdo que en el fuego de un primus se frío el pescado y me lo comí.
Me acuerdo de verte en el estadio trepando a la tribuna con tus guantes puestos y con olor a vestuario y darnos un beso. Del partido no me acuerdo pues jugaba con Ramoncito a la pelota en la platea...
Me acuerdo de verte parado en la cancha con tu buzo azul y levantar la mano izquierda para saludarnos.
La pesca, eso me trae recuerdos... Los cigarros J y M que fumabas y que cagados de frío una tardecita me convidaste con uno. Me acuerdo que tirábamos nuestras tacuaras cagando a los demás pues siempre iban más lejos las plomadas. Me acuerdo cuando en la Barra te levantaste de madrugada y te fuiste a pescar y sacaste unas corvinas que cuando me desperté las estabas limpiando y no me llevaste porque estaba dormido!! Que calentura me agarré!!
Recuerdo las encandiladas en la playa Malvín con el agua por el cogote esquivando soretes y sacando buenos pejerreyes.
Miro mis cañas y te veo invitándome a una pesca más.
La petaca, las plomadas caseras, los anzuelos empatillados por nosotros, las puteadas de la vieja por el olor a almeja podrida, que lindo...
Si me pusieran cien o mil buzos sabría distinguir el tuyo.
Tu olor, tu perfume, por más que ya no uses aquel Lancaster... Recuerdo un día que no llegué en hora y te calentaste y andabas con la pistola, que cagaso me pegué!!.
Las dos veces que tuvimos que ir a lo de Dardo a hablar por mis problemas, los líos que los padres tenemos que soportar.
Me acuerdo que a veces pasaban días y no nos veíamos, cuando vos dormías yo me iba a laburar. A veces nos cruzábamos en la cocina porque me levantabas y yo me quedaba dormido sentado o parado y me putiabas todo.
El día que te dije que quería jugar al fútbol y de un piñaso en al mesa me dijiste que iba a comer mierda: que razón tenías...
Me acuerdo te diría que de todo, de lo bueno que fue por suerte lo mas y de lo malo que ocupó muy poco.
Trato de emplear con mis hijos tu filosofía de vida o por lo menos la que yo entendí así y darles un ejemplo como padre que es un difícil oficio de aprender y debemos ir improvisando al andar ya que de la vida es la que se aprende pero quédate tranquilo que con tu ejemplo se me hizo un mucho más fácil la cosa por más que no todos los niños son iguales.
Nunca fui de nombrarte, no me gusta hacer alarde de quien soy hijo por más que por dentro me sienta orgulloso de que la vida me diera el padre que siempre tuve.
Se que no he sido el hijo ideal, ni el mejor, ni el más inteligente, ni al que mejor le ha ido, que soy un pelotudo y no te he llamado, que cuando más me necesitaste tal vez no te di lo que esperabas, que te he fallado en muchas cosas, esperanzas que uno tiene puestas en sus hijos, y lo del otro día, lo de perder el examen de manejo me dolió más por ti que por mis propios hijos.
Me dije y me insulté cien veces por mis limitaciones. Me maldije por seguir complicándole la vida a todo el mundo pero eso era rabia. Mi tristeza, cosa que es más grave era haberte fallado otra vez. No me lo podía perdonar. Hoy tal vez con los ojos un poco mojados se me esta pasando.
Que vamo arriba!!, que no se acabó el mundo, que no hay mal que por bien no venga, etcétera, etcétera fue lo que me decían, pero solamente cuando hablamos el otro día me quedé un poco más tranquilo ya que te había llamado y no estabas pues yo quería ser quien te diera la noticia y no otro pero luego, que ya lo sabías no me daba el rostro para encarar aunque sea por teléfono y decirte que me había equivocado otra vez. Fueron duros momentos, pero se van superando y fue el motivo que derramo la gota para que esta carta se escribiera.
Aunque te parezca mentira más fue el dolor por ti que por tus nietos, aunque no lo creas lo sentí así.
Te imaginaba yendo a ese Cristo que hay en el parque cerca de tu casa a pedir por mí, me imaginaba a Esteban yendo a una iglesia a pedir lo mismo y solamente en un momento deshice lo que podía haber sido un alivio para todos. Que momento!!
Bueno, hay que seguir para adelante que eso si lo tengo claro por supuesto pero ese trago amargo se va a ir conmigo a la plaza Fabini y a la Alameda.
Dijiste una cosa hace un tiempo en una revista que me lleno de orgullo y es legado que voy a traspasar a mis hijos el día que me tenga que ir pues es lo más sagrado que llevamos los hombres como nosotros:
"... a mis hijos lo único que les dejo es un apellido limpio."
Cada vez que repito para mí esas palabras o se las digo a alguien siento que nada fue en vano y que aquí esta lo que pocos pueden ver en la corta vida que nos toca. Pavada de herencia tengo sobre mis hombros, no hay dinero ni Dioses que puedan comprar lo que ambos llevamos y lo que mis hijos llevan y llevaran hasta mis últimas consecuencias:
Un apellido limpio y con letras grandes que se llama SOSA.
Gracias por haberme dado la oportunidad de ganarme un lugar honrado en este mundo y de haber sido como fuiste y como sos.
Algunos me han preguntado que se siente ser hijo de Roberto Sosa y mi silencio me lleva a dar una respuesta digna de un Sosa, mejor dicho de un Roberto Sosa: " siento lo que es llevar a cuestas un apellido honrado y limpio...."

Te quedan mirando como si fueras loco o si no entendiste la pregunta, pues casi nadie puede decir con propiedad y realismo esa respuesta y yo si puedo, podré y mis hijos no tengas la menor duda, por más exámenes que pierda en entrar a cualquier lado, por más que me ganen o me peguen en mi vida que va a ser así. Me gustaría que te sintieras bien al leer estas líneas, tal vez un poco confusas o entreveradas, tal vez con algo de tristeza pero alegres pero esta carta tenía que ser como salió, de golpe y sin borrones más que aquellos de alguna lágrima apretada que se dio contra esta mesa.Bueno guacho, la próxima vez que te vea vamos a ir a pescar y vamos a venir como siempre cagados de arena y sin sacar un sorete, que te parece? Decile a Marta que pa? la próxima le cago la parrilla con pescado y si no quiere lo hago en la vereda. Un abrazo y espero sigas siendo más o tan feliz como sé que lo sos ahora.

A mi casa...

Talvez esto quepa en muchas de vuestras casas a aquellos que la tienen, la tuvieron o la soñaron...

Recuerdo la cocina y el fogón
junto al arcón de los juguetes
el cuarto del placard el ventanal
el corredor los viejos muebles,
recuerdo aquella mesa familiar
donde los platos con amor
se sirven todos por igual
donde los cuatro con dolor
pero más con felicidad
vimos la vida que nos dio la realidad...

Las cosa marcan hondo en mi razón
mirando el fuego de ese entorno;
el tiempo va forjando la humildad
que llevaré sobre mis hombros,
mi madre en la costura del hogar
junto a mi padre dando días sin parar
para dejarnos lo mejor que es el hablar
y es el ejemplo y es mi guía para mis hijos mostrar...

El tiempo va pasando sin dejar
plasmar los sueños que uno tiene;
el crecer es el precio que se paga
por un mundo diferente
y hoy somos cuatro techos, cuatro vientos
que pelean por su futuro presente
y demos gracias a esta corta vida
que permitió conocerse...

A mi Hermano, Esteban Sosa

Cuánto hace que no escribo?... Pero vi su foto y me ha llamado el recuerdo. Hoy me llamó la plaza, llena de espinillos, llena de pasto y de pelotas; de bicicletas con bocinas y timbres, de tardes perdidas en el tiempo... y allí estabas. Flaco, desgarbado, de rodillas chuecas y yo crecía. Cerca pero fuera tuyo. Pero sin embargo allí estabas, en la cama de al lado
-¡Apaga esa radio carajo!
-¡Guacho, es un calambre!!! No!! La otra pierna!!!, ta, ta gracias...
Esa cosa en silencio nos unía. Nunca supe pero así era. Así es y será siempre, hasta que no ardan mis velas.


Parece ayer, tus piernas flacas tu mirar
parece ayer, cerquillo largo y tu jugar
parece ayer, verte en la reja y saludar
para pelear por un juguete o el hablar.
Parece ayer, y el tiempo pasa sin parar
sin preguntar, tantas palabras sin decir
silencio hay, y esa es mi manera de amar
con corazón lo puro y lindo del vivir

Te vas te vas te vas y ahí vas mi hermano
por tu camino duro aunque lejano
mis días se repiten con tu nombre
y aunque tu no lo sepas te llevo aquí a mi lado
te llevo pues mi sangre que es tu sangre nos liga
aunque destino y viento nos lleve a separarnos
pero llegará el día que habremos de mirarnos
y entre montes y risas podremos abrazarnos
y decirnos ya hombres: que el querer es amargo.

Gira el reloj
tiemblan mis manos sin parar
Aranzazú y Plaza Fabini quedó atrás
unos se van, pero otros llegan a alegrar
el despertar del pelo blanco de la edad.
Se que vendrán, días con lluvias y con sol
lunas con noches, de encandilada y vista al Sur
se cruzarán nuestros fogones por amor
donde se funde el verde con el cielo azul.

Te vas te vas te vas y ahí vas mi hermano...

Algún día, en pedo pa? variar...

Al "Pelao", Alex Bernat

Siempre en la sombra
siempre en la sombra, tu propia sombra
de esa luz, en esa luz
Blanca Luz duele y te forma
de un padre amor
Cachirulo es su horma
de su luz, propia luz que a unos nos toca.
Te debo tu canción
y no te debo.
Te debo mi deber y solo encuentro
un garabato de señor y de maestro,
de padre, amigo, pinche y de hombre honesto.
Quisiera alguna vez darte algún día
no va a alcanzar, tal vez
con mi alegría
Pero yo se y se bien
que nos amiga
el eco, el mostrador
mi viola amiga.
Pelao, dame tu voz ronca y potente.
Dame tu mirar duro
tu arrugada frente
dame tus manos torpes
y ansias de gente;
tu hombría de mirar la vida
la vida, esa vida...
que una vez me contaste.
Padre de nadie y padre de todos
padre mío búscale el modo,
modelo de boliche, de amor de esquina
de amor del que falta en las familias.

Algún día de la década del 90

A mi Abuelo José

Otra vez el papel pegándome en los ojos llenos de ganas y sin rumbo.
El otro día pise la vereda para correr a mi trabajo y vi un papel en el suelo.
No se por que pero me incline a levantarlo.
Sorpresa!, lo que vi era demasiado. Una carta a Papá Noel...
Letra desgarbada de túnica blanca y moña azul. Lápiz de punta fina y olor a ganas de ver en un rincón el ansiado momento de una noche.
Pense, que esa noche era su noche.
Pense que alguien debía estar disfrutando de un sueño.
Pense en mis Navidades, en las de mis hijos, en la de otros niños...
Doble el papel y ya en el ómnibus que me llevaba al yugo, releí esa carta.
Casi sin poderlo, entendí que se solicitaban algunos regalos pero me mojó la pupila cuando pedía a su abuelo.
Pense en un viejo de sonrisa blanca y pelo blanco. De barriga grande, de camisa desprendida, con un mate de galleta en un banco celeste, en algún domingo de olor a humo y asado en aquel fondo que en algún momento fue mío y estando solo, él me miraba desde el rincón.
La misma tabla, el plato de latón esmaltado y cascado, la copa sobre la vieja madera.
Pense en las mañanas que me levantaba, cuando me quedaba con ellos, mirándolo afeitado y dándole mate a la abuela que aún acostada era servida con cariño por ese viejo.
Pensé en los enanos que le robaban la manteca y corrían por el techo, pensé en su mano roja y gorda en una cama de hospital.
Luego no pense..
Doble la carta y me baje del ómnibus.
Llegué a la terminal, punto de comienzo de mi jornada laboral.
Una brisa me llamo y deje volar la carta que se fue haciendo giros en el aire.
La miré caer al piso y vi como un sueño se esconde en nuestra mente; como un sueño nos despierta un momento...
Acomode la bombilla, cebé un mate y sin querer silbé una canción.
No recuerdo cual, da lo mismo.
Me detuve un instante para ver si podía divisar la carta.
No la vi.
No la veré más.
Como los sueños, y como mi abuelo, no los vi más.
Nunca escribí una carta como esa. Nunca lo voy a hacer.
Cuando veo un papel doblado en el suelo siento que algún día fui niño, que nunca le pedí nada a Papá Noel...